Durante siglos, la humanidad ha levantado estructuras monumentales que desafían la lógica y el tiempo. Las Pirámides de Egipto, la Gran Muralla China o el imponente Burj Khalifa en Dubái son solo algunos de los ejemplos más emblemáticos. Sin embargo, y para sorpresa de muchos, ninguna de estas construcciones puede verse desde el espacio con el ojo humano, al menos no sin ayuda tecnológica. 644pf
Entonces, ¿cuál es la única construcción humana reconocida por la NASA por ser visible a simple vista desde el espacio?

La respuesta es tan curiosa como impactante: el mar de plástico de Almería, en el sur de España.
Un océano blanco en medio del desierto 382o6g
Conocido popularmente como el «océano de plástico», esta gigantesca superficie de 40.000 hectáreas de invernaderos es utilizada para la producción intensiva de frutas y hortalizas. Desde lo alto, se ve como una enorme extensión blanca que refleja con fuerza la luz solar, en especial por estar ubicada en una región desértica con escasa vegetación, lo que acentúa aún más el contraste.
La NASA ha confirmado que estas estructuras pueden ser vistas desde la órbita terrestre debido a su alto poder reflectante. Desde un satélite o la Estación Espacial Internacional, el área aparece como una gran mancha blanca, fácilmente distinguible del entorno natural.
¿Qué función cumple este mar de plástico? 2d2x1g
Más allá de su impacto visual, este complejo agrícola cumple un papel clave en la economía y alimentación de Europa. Se estima que el 80% de los tomates y el 60% de los pepinos que se consumen en distintos países provienen de estos invernaderos de Almería.

Estas estructuras plásticas no solo regulan la temperatura y la humedad para permitir cultivos durante todo el año, sino que también ayudan a prevenir plagas gracias a su cobertura física. Además, el sistema permite un uso más eficiente del agua y del espacio, transformando una zona árida en uno de los mayores centros de producción hortícola del continente.
Una construcción colosal… y silenciosa 6j3c5t
Aunque muchos imaginan que las grandes hazañas arquitectónicas del ser humano se miden en altura o en belleza, el verdadero récord visible desde el espacio no lo ostentan los rascacielos ni las antiguas maravillas, sino un hito silencioso de la ingeniería agrícola moderna: un inmenso mar blanco hecho de plástico, que alimenta a millones y ha conquistado el cielo sin levantar un solo muro.